Mendoza, una carta de amor a la naturaleza y la buena vida

Hay miles de razones para amar a Mendoza, una de las provincias más hermosas de la ya de por sí hermosa Argentina. Su capital, del mismo nombre, encierra varios encantos que la hacen única.

Amamos a Mendoza por su brisa, por sus vinos, la calidad de su gente y los paisajes únicos. Se trata de una zona acostumbrada al trabajo a sol y sombra, a cultura muy arraigada y de una historia de superación digna de una película.

A continuación, te contamos algunas de las cosas menos conocidas de este destino que acabamos de incorporar al calendario de viajes de Charrúa Viajes.

 

Mendoza es la capital internacional del vino. Produce el 75% del vino de Argentina y es la cuna del Malbec, la uva insignia del vecino país.

  A raíz de la fundación de Mendoza, el español Pedro del Castillo otorgó a cada vecino un lote de seis cuadras de terreno para plantar viñedos. Esa acción convertiría la zona en una potencia mundial vitivinícola casi 5 siglos después.

El vino Doña Paula Estate Malbec 2021 fue seleccionado como el mejor vino Malbec del mundo por la revista especializada inglesa Decanter. Es un tinto mendocino que se puede encontrar con un precio accesible en supermercados de todo el país y el exterior.

Es la cuarta ciudad en importancia de Argentina. El clima es agradable la mayor parte del año y cae nieve una vez al año.

La capital ofrece un gran número de museos, entre los que destaca el Museo del área Fundacional, donde se pueden ver las ruinas de los primeros edificios de la ciudad.

La ciudad de Mendoza tiene ferias y mercados atractivos para fanáticos de las antigüedades, las artes, el coleccionismo y la numismática.

La provincia tiene uno de los centros de esquí más importantes del país: Las Leñas. Pero además posee hermosos centros termales como la de Los Molles.

En su territorio se eleva el Aconcagua, la montaña más alta de América y del Hemisferio Sur. Mide 6.962 metros sobre el nivel del mar.

Su Fiesta Nacional de la Vendimia tiene 87 años de celebrarse. Es uno de los eventos a cielo abierto más grandes del mundo, y según la publicación National Geographic, es la segunda celebración de cosecha más importa del mundo (la primera es el Día de Acción de Gracias en EEUU). Entre los artistas que han actuado en sus escenarios se encuentran Alejandro Sanz, Charly García, Fito Páez y Los Nocheros, entre otros.

Cuando China prohibió que se rodara en el territorio del Tibet el rodaje de la película Siete años en el Tibet, protagonizada por Brad Pitt, la producción optó por hacerlo en Mendoza.  La mayoría de las escenas se rodaron en Uspallata, una pequeña ciudad al norte de Mendoza donde las faldas de los Andes remiten al paisaje del Himalaya.

La ciudad de Mendoza es un gran museo escultórico a cielo abierto. La calidad de sus obras es de nivel mundial y destacan El dolor ante la fatalidad (Alberto Lagos, 1932), Al obrero (Juan José Cardona, 1921), la fuente de la Fundición Val d´Osne (1894) y el Monumento a Fray Luis Beltrán (Juan Manuel Ferrari, 1917), entre muchas otras. Los frisos y decoraciones en las casas antiguas también son dignas de admirar en un paseo a pie por la ciudad.


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